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¿Es momento de vender, de comprar o de esperar?

Desde antes de la pandemia (enero 20 – mayo 23) el desarrollo inmobiliario estaba en auge sin considerar que habría llegado a la cúspide del ciclo natural de ventas-inflación-inversión, por supuesto se esperaba en México que siguiera en promedio la línea ascendente de construcción de viviendas principalmente de tipo urbano y vacacional, al llegar la pandemia que fue un fenómeno novedoso para al menos las últimas tres generaciones, se esperaba un caos y crisis en general en todos los ramos y tipos de inversión, los hubo por supuesto en salud, laboral, abastecimiento, comercio internacional, automotriz, entre otros, más en la industria inmobiliaria y de construcción, particularmente en el comercio de compra y venta de inmuebles el resultado fue inverso, se incrementó el número estimado de operaciones e inversiones, personas que planeaban sus proyectos hacia otros giros se voltearon hacia los bienes raíces.

El miedo no anda en burro… decían las abuelitas

Uno de los motivos más importantes para invertir en el ramo inmobiliario en la pandemia, fue la inseguridad de estabilidad y valor en las monedas, los metales, los petroquímicos, el mismo comercio en general y los ahorros en bancos… Nada más seguro que tener un pedazo de tierra aún sabiendo que en la pandemia la gente dejó de vacacionar, era preferible tener la vivienda desocupada, pero tenerla significaba tener una inversión segura, aunque no obtuviera beneficios por la renta.

¿Y que sigue después de la pandemia?

Se terminó el miedo, pero la costumbre de invertir a la segura continua, ahora ya hay movimiento de comercio y capitales, ya la gente sale y vacaciona, viaja y cambia de residencia, ya la renta es un mejor negocio; en las zonas turísticas ya hay más visita de extranjeros y los nacionales andan por toda la república, por supuesto hay destinos turísticos y urbanos preferidos y privilegiados con más turismo e inversión otros no tanto, pero se está moviendo más dinero que en otros años.

Nuevamente la curva del ciclo de ventas-inversión está en aumento, quizás un poco menos intenso debido al valor inestable y bajo del dólar y euro, pero no es muy significativo; la realidad es que al parecer la curva ya llegó a la punta y tiende a bajar, esto significa que por ahora los inmuebles están en los más altos valores, en muchos casos con sobre precio, el comprador está entendiendo que esta no es la realidad y deja de encontrar la relación equitativa entre costo-beneficio e inversión-recuperación, el mercado dejará de invertir y conservará su capital que hoy por hoy ya no tiene riesgo como en la pandemia, puede esperar o desviar su atención hacia otro tipo de inversiones.

Si el mercado se estanca poco a poco se disminuye la demanda y la oferta se mantiene, esto significa que hay menos compradores y más ofertantes de inmuebles, para poder vender habrá que empezar a hacer ofertas o disminución de precios o abrir planes particulares de financiamiento, al ofertante-desarrollador-productor de vivienda no le es negocio quedarse con los inmuebles, su negocio consiste en venderlos y rehacerse de otros para volver a venderlos, por ende prefiere dejar de ganar (OJO: no es perder, sino dejar de ganar), que estancar su comercio…

Las preguntas son: ¿Es momento de vender ahora al máximo precio que aguanta el mercado? ¿Conservar los inmuebles hasta una nueva recuperación del ciclo? O ¿Comprar inmuebles para seguir incrementando el inventario patrimonial?

Lo ideal es tener una buena y amplia charla con un profesional asesor en inversiones inmobiliarias, considéralo…

Sergio Reyes Sánchez

322 135 7494

sreyes@cbsvallarta.com